Blogueando me encuentro con la siguiente entrada comiendo terreno, me ha recordado como de pequeño salíamos todos los vecinos de la calle con nuestras sillas a las puertas de las casas en las noches calurosas, también recuerdo como las mujeres salían a barrer su trozo de acera... y tampoco es que sea tan mayor...
Esta gente de comiendo terreno me han plantado una sonrisa en la cara por la frescura de la acción, por la manera tan sencilla de ejercer la reconquista del espacio público, por la inmediatez con la que redimensionan la plaza... para ellos, para desayunos con viandantes, y el resto de gente que nos muestran lo sencillo que es retomar lo que es nuestro. Ánimo, ha sido sencillamente genial.
Ese recuerdo es el que tengo de mi barrio en Madrid sin ser tan mayor... a veces hasta la misma palabra se hace extraña, "barrio".
ResponderEliminarParece que ese espacio o esa calle nos pertenecía por derecho afectivo y casi como si del patio de casa se tratase lo hacíamos nuestro y vivíamos allí.
Quizás las necesidades cambien al crecer, la gente hoy quiera otras cosas y los juegos de niños sean otros pero las personas nunca dejarán de vivir en las ciudades.
un saludo y ánimo con este blog!